news

viernes, 24 de junio de 2016

Marco Ranieri a CACiS







En estos días he intentado acercarme al carácter del lugar indagando artísticamente la biodiversidad y la estructura del ecosistema: he recorrido los caminos del agua y los senderos abiertos por los animales salvajes; atravesado praderas de raïm de pastor, torrentes envuelto de zarzas, extensiones de pasto tostado al sol y ranuras  cubiertas de flores; visitado los robles antiguos y trazado un camino buscando las piedras partidas por el hielo invernal; he sentido y recolectado los olores, las formas y los colores del bosque y del campo, encontrando el olor de las playas en las flores de siempreviva, y fragmentos de un mar primigenio esculpidos en los fósiles de las rocas de cal.
Dejando un registro de estas acciones en un archivo ecosistemico del entorno del CACIS y sus micromundos.

El otro proyecto que he realizado durante mi estancia es “22 árboles”:
Para respirar, cada ser humano necesita al día la cantidad de oxigeno que 22 árboles producen en el mismo laxo de tiempo.
Esta instalación artística en el medio natural pretende visualizar este dato a través de una representación plástica simbólica. Creando al mismo tiempo un espacio de contacto íntimo con el lugar. Donde generar, restaurar o renovar una vinculación empática con la Naturaleza. Se trata de un espacio concebido tanto para seres humanos como para animales no humanos, que se compone de 22 estructuras no permanentes instaladas en otros tantos árboles cercanos entre sí. Las estructuras, cuya forma sugiere la forma de pulmones humanos se realizaran inspirándose en las técnicas de algunos pájaros constructores. Su interior, hueco y con soportes, se presta a cobijar fauna silvestre de pequeñas dimensiones. Su exterior cubierto de barro, favorece los crecimientos vegetales espontáneos.



In these days I’ve tried to approximate myself to the sense of the site, approaching artistically the biodiversity and the ecosystem structure. So I’ve wandered along water and wild animal paths, I’ve gotten through the raïm de pastor prairies, I’ve been captured by the spiky torrents, I’ve crossed the golden extensions of wheatfields and wild flowered meadow. I’ve visited old oaks and traced a path looking for stones broken by the strength of the ice. I’ve felt, I’ve collected smells, shapes and colours of the forest and the countryside. Discovering the beach through the smell of siempreviva and fragments of an ancient sea printed in the calcareous fossils. A register of these actions have been left in an ecosystemic archive of the surroundings of CACIS and its microworlds.

The other project that I’ve been involved in during my stay is “22 trees”.


To breath, every single human being needs daily the oxygen produced by 22 trees.

This artistic installation in the natural environment aims to visualise this fact through a symbolic plastic representation. At the same time, the installation creates an opportunity to get a close contact with the intervention site, generating, restoring or renovating an empathic union with Nature.

The project is about an installation conceived both for humans and non-human animals. It’s composed by 22 non permanent structures installed in 22 nearby trees. The structures, which shape suggests a pair of human lungs, are made inspired by bird construction technics. Their interior, a hole with supports, facilitates a safe place to hide for small dimensions wild fauna. Their exterior, covered with mud, helps the growth of spontaneous vegetation.

Marco Ranieri Presenta el seu treball el diumenge dia 26 de juny